En el rico universo de las tradiciones mayas, las ranas han sido consideradas ayudantes del dios Cháak, el gran proveedor de la lluvia. Sus efigies actuaban como amuletos sagrados, símbolos de conexión con las fuerzas sobrenaturales para atraer el agua que da vida.

En las ceremonias agrícolas de los mayas peninsulares, destaca el ritual del Ch’a Cháak, que literalmente significa “traer agua”. Durante este ritual, se colocan niños en las cuatro esquinas del altar, representando a los puntos cardinales. Su misión es imitar el croar de las ranas, anunciando, como los anfibios, la llegada de la lluvia.

Estos niños, conocidos como los “músicos de los chaakes”, llevan consigo la responsabilidad y el honor de invocar la bendición del agua con su croar simbólico. Es una tradición viva que resalta el respeto por la naturaleza y el profundo vínculo espiritual entre el hombre y los elementos.

Campeche preserva con orgullo estas herencias que nos conectan con nuestras raíces y nos recuerdan la riqueza de la cultura maya, la ceremonia se realiza principalmente en comunidades de Calakmul, Hopelchén y Calkiní.

Créditos fotográficos:

– Christian H. Rasmussen y Silvia Terán. UADY.

– Miguel Cetina Muñoz. Ceremonias mayas. El Cha´a chac o petición de lluvia.