Durante el gobierno de Céspedes y Oviedo se desato una terrible plaga de langosta, que azotó a la Península en general y cobro un precio muy alto en las cosechas; se sintió más en la Villa de Campeche por lo que se pensó que era un castigo divino que tenía que ser desagraviado, por lo que los vecinos acordaron levantar un santuario dedicado al santo que resultare de echar suerte, saliendo elegido San Román Mártir.
En 1565, se inició la construcción de una iglesia extramuros de la Villa, siendo venerada una imagen de un Cristo Negro de procedencia europea y traída por el comerciante Juan Cano de Coca Gaitán.
Para el siglo XVII ya estaba totalmente afianzado en la vida religiosa Campeche. Entre 1570 y 1580 el templo se amplió debido al gran número de fieles.
La Iglesia consiste en una sola nave con techo de viguería y planta en forma de Cruz Latina, circundada por varias habitaciones, el exterior del edificio es muy sobrio, la entrada principal está compuesta de un arco de medio punto, el balcón del coro y formando parte del edificio una esbelta torre de dos cuerpos que sirve de campanario, coronado con cúpula.
A principios de este siglo, el acceso principal tuvo un pórtico techado a dos aguas con tejas francesas y rodeado de un atrio, actualmente solo conserva sus bancos de piedra, el exterior mantiene un estilo sobrio.